Damasco Turco

Los damascos turcos son una excelente alternativa para esos momentos de antojos por comer algo dulce. Tienen un intenso sabor y al mismo tiempo aportan fibra, potasio y vitamina A. Son ideales para consumir al desayuno y comenzar el da con energía, solos o a modo de snack, o para complementar los picoteos con una tabla de quesos y frutos secos. Al igual que otros frutos deshidratados, tienen mayor concentración de nutrientes y también de calorías en comparación con la fruta fresca y es por esto que el tamaño de las porciones recomendadas es más pequeña que las de fruta natural. Es alto en vitaminas como la provitamina A (beta-caroteno), vitamina B3 o niacina y vitamina C en menor cantidad. El caroteno ayuda a prevenir varios tipos de cáncer. También contiene pectina y celulosa, que facilita la digestión. Contiene hidratos de carbono simples, fibra y minerales como potasio, magnesio y calcio, por lo que se recomienda especialmente a deportistas y personas que necesitan altas dosis de energía. Es una gran ayuda para personas afectadas por reuma, artrosis o artritis, y los resultados de quienes lo consumen son excelentes. Comer habitualmente damasco turco contribuye a que el organismo esté más saludable, mejore su funcionamiento, controle el sistema nervioso, la piel se vea más tersa, una mejor visión, sedosidad del cabello, y huesos y músculos  firmes.